Ana Luisa Gutiérrez
Para las nuevas generaciones puede resultar extraño imaginar que en los años noventa, y todavía en la primera década del siglo XXI, las llamadas cabinas telefónicas fueron uno de los principales medios de comunicación que utilizaban los usuarios para contactar a sus seres queridos, que quizá vivían en la misma alcaldía o incluso en el extranjero. Bastaba depositar monedas o comprar una tarjeta de 30 pesos para hacer una llamada telefónica.
Sin embargo, el desarrollo tecnológico modificó este hábito. Poco a poco los celulares ganaron terreno y pasaron a convertirse en el principal instrumento de comunicación de los mexicanos, desplazando de manera silenciosa al teléfono comunitario. Las filas interminables de usuarios inquietos por tomar su bocina telefónica prácticamente se esfumaron , mientras que nuevas filas crecían en los centros de atención a clientes de los operadores de telefonía móvil.
Actualmente este vestigio tecnológico aún forma parte de la cotidianidad, pues es posible ver algunas cabinas telefónicas por las calles de la Ciudad de México, las cuales en su mayoría se encuentran vandalizadas. Sin embargo, el desuso del instrumento ha provocado que se plantee la idea de retirarlas de manera definitiva.
La Diputada del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Marcela Guerra Castillo, propone que la Secretaría de Infraestructura Comunicaciones y Transportes (SICT) ya no prorrogue y otorgue nuevas concesiones de casetas telefónicas en el país, así como retirar las que ya no sirven.
“En la actualidad, las casetas telefónicas han quedado únicamente para fines anecdóticos. Los teléfonos de hoy en día son todo en uno: teléfono, cámara, computadora, tableta, reproductor de video, de audio, etc., por lo que, el uso de las casetas es totalmente obsoleto”, argumenta la diputada.
Agrega que las condiciones actuales de las casetas son «deplorables», ya que en su mayoría están «rotas, inservibles, rayadas, llenas de basura», o bien, sólo sirven para fines publicitarios, tanto de las propias empresas de telefonía como para colocar volantes de ventas.
Aunque las cabinas telefónicas ya no son utilizadas en zonas urbanas y son vandalizadas, la realidad es que siguen siendo un elemento relevante para sitios en donde aún no cuentan con conectividad o con reducidas alternativas para comunicarse.
De acuerdo con datos del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), en los últimos seis años el número de cabinas a nivel nacional disminuyó 64.3%, pues de las 45,843 que había en 2015, a finales del año pasado solo quedaban 16,333. El mayor número de ellas se concentra en los estados de Oaxaca, Chiapas, Puebla, Veracruz y Guerrero.
Además, los datos del IFT destacan que de este mercado, Telmex cuenta con el 86.8% a nivel nacional debido a su obligación de mantenerlas por su título de concesión: seguido de Logitel con 5.8%; Supercom con 5.6%; BBG Comunicación con 0.9%; y Operadora telefónica Peninsular con el 0.5%.
Y aunque no es la primera vez que se propone retirar de las calles del país a las cabinas telefónicas, expertos consideran que el gobierno, el órgano regulador de las telecomunicaciones y las mismas empresas deben buscar alternativas para este medio de comunicación, ya que México aún no está listo para deshacerse de las cabinas telefónicas. Aunque actualmente haya mayor penetración de servicios móviles y acceso a dispositivos, lo cierto es que para algunas zonas rurales los teléfonos comunitarios siguen siendo su principal fuente de comunicación.
“Quizá esta diputada piensa que ya todo mundo tiene un teléfono, sin embargo, no es así, si te vas a lugares muy apartados todavía no todos tiene teléfono y aunque hoy en día (las cabinas telefónicas) parezcan objetos extraños, aún son un medio necesario para que las personas puedan comunicarse”, aseguró Gonzalo Rojón, director de análisis de la consultora The Ciu.
Para Michel Hernández Tafoya, director general de Observatel, la iniciativa aún carece de un «análisis profundo» que vislumbre opciones de uso alternativo para las cabinas telefónicas, por ello, considera que el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) debe modificar la obligación de cabinas telefónicas que mantiene Telmex en su título de concesión, para poder emplearlas como puntos WiFi.
En este sentido, recordó que Telmex se ha acercado al órgano regulador de las telecomunicaciones para buscar alternativas de uso para sus cabinas telefónicas, pues darles mantenimiento e incluso retirarlas requiere de permisos de los gobiernos y un gasto «significativo» para la compañía.
“La empresa (Telmex) no quiere invertir en retirar las casetas telefónicas y los gobiernos no quieren meterle dinero, hay un tema pendiente que eventualmente se tiene que resolver y ver en dónde vale la pena mantenerlas, pero no es un tema superficial. Decirle a la SICT y al IFT que retire las cabinas telefónicas se pierde mucho de vista todo lo que involucra esta iniciativa”, comentó.
Expansión solicitó información a Telmex sobre el mantenimiento de sus cabinas telefónicas, pero no estuvieron disponibles de inmediato para hacer comentarios sobre el tema.
El futuro de las cabinas telefónicas aún es incierto, dado que todavía se deberá analizar la propuesta de retirarlas de la vía pública.