“Vamos a generar una institución única al servicio de la sociedad que va a impulsar un proyecto único a nivel internacional que es la identificación masiva de personas; lo que significa atender el enorme rezago que lamentablemente la Fiscalía General de la República y las fiscalías de los estados no han podido atender y que vamos a asumir este esfuerzo para que en todas las fosas comunes y demás centros forenses podamos conocer su identidad”.
Lo anterior fue pronunciado en agosto de 2022 por el entonces subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración, Alejandro Encinas, al encabezar la ceremonia de inicio de adecuaciones del inmueble que iba a ser ocupado por el Centro Nacional de Identificación Humana (CNIH) en Morelos, señalando que este representaba “un paso firme y decidido para garantizar el derecho humano a ser buscado e identificado y el derecho de las personas sin vida a un trato digno para regresar en paz con sus familiares”.
Siendo que en nuestro país la desaparición de personas (si no hay un cadáver, no hay delito a perseguir) llevada a cabo por el crimen organizado, se ha convertido en un práctica cotidiana en gran parte del territorio nacional, y tomando en cuenta que hace tres años se calculaba en más de 52,000 el número de cuerpos sin identificar en fosas comunes y morgues, el CNIH se convertiría en una gran herramienta científica, sin colores partidistas, para ayudar a alumbrar un sendero muy oscuro que no deja de crecer.
¿Y cómo marcha este proyecto a un año y medio de aquella ceremonia y de esas bellas palabras pronunciadas por Encinas? Spoiler Alert: Tome asiento para seguir leyendo, se le va a revolver el estómago.
El gobierno de López Obrador ha enterrado el plan de avanzar con este Centro Nacional de Identificación Humana, lo han desmantelado y prescindieron de casi el 70% de los especialistas contratados, capacitados y certificados.
En tan solo 18 meses, el CNID ha tenido cuatro directores generales, siendo el actual un contador público que fue auditor del Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA) y del Banco del Bienestar.
Hasta ahora, ni la Secretaría de Gobernación ni la Comisión Nacional de Búsqueda han emitido información oficial respecto al cierre de las instalaciones, despido del personal, ni del futuro del CNID… aunque queda muy clara la dirección y destino de este.
En una aparición reciente, la fiscal Sara Irene Herrerías dijo que en 2023 la FGR identificó 37 personas desaparecidas usando pruebas genéticas y cuatro por huellas dactilares. Existen decenas de miles de cadáveres sin identificar y en un año, solamente lograron la identificación de 41 cuerpos.
¿Y por qué esta aberrante decisión? No lo sé, pero tengo una hipótesis. No logré hallar la partida presupuestal asignada al CNID, pero es probable que el gobierno haya considerado que el dinero invertido no iba a ser equivalente a los resultados esperados, y que los reclamos no contribuirían a conseguir votos en las próximas elecciones y pues, mejor cerrarlo de una vez.
Enterrados en parajes desiertos, los colectivos de búsqueda siguen encontrando fosas clandestinas con pedazos de mandíbulas que aún mantienen algunos dientes, huesos envueltos en lo que fueron unos pantalones de mezclilla, cráneos fracturados por disparos de armas de fuego y osamentas incompletas con señales de brutal violencia.
Y mientras la crisis de desaparición no se detiene y los cuerpos sin nombre siguen llegando a las morgues del país, yo no entiendo por qué esta noticia no es un escándalo nacional.
POSTDATA I – Acorde a la firma TResearch International, el pasado viernes rebasamos en México la cantidad de 180,000 homicidios dolosos y proyectan que rondaremos los 200,000 para finales del sexenio (mismo que no durará seis años, sino cinco años y 10 meses). No, la estrategia de seguridad no ha funcionado.
POSTDATA II – Claudia Sheinbaum llevó a cabo su registro como candidata a la presidencia. En ese acto presentó lo que llamó “Los 15 puntos fundamentales de mi discurso de mi registro ante el INE” y en lugar quince de la lista dijo que “profundizaremos la estrategia de seguridad”. ¿Y qué significa eso en términos prácticos? Absolutamente nada.