Liderados por Christian McCaffrey los 49ers arrasaron a la ofensiva contra los Seahawks que jamás se enchufaron al juego
Por segundo año consecutivo, los 49ers libraron la visita trampa que supone el Lumen Field y su escandalosa afición, San Francisco impuso condiciones para derrotar 31-13 a los Seahawks, en un partido en el que dominaron a placer durante la primera mitad y tuvieron algunos contratiempos en la segunda.
Como siempre ocurre, sin embargo, los 49ers apelan a sus fortalezas cuando la situación se pone complicada. Cuando Seattle amenazaba con apretar el partido tras devolver una intercepción a la zona prometida, San Francisco respondió con su poderoso juego por tierra y una defensiva que dio un paso al frente para frenar la reacción de los locales.
El equipo gambusino se paró en el Lumen Field con personalidad. La superioridad mostrada a lo largo de la temporada fue notoria durante una primera mitad en la que Seattle jamás logró descifrar el acertijo que supone la ofensiva de los Niners. Brock Purdy contó con un inspirado Deebo Samuel para mover las cadenas en un principio y luego capitalizar por tierra, primero el propio Deebo y después con Christian McCaffrey, convertido en un monstruo 139 yardas totales y dos viajes a la zona prometida. Seattle solo pudo responder al vendaval de los 49ers con un gol de campo de Jason Myers.
LOS 49ERS NO LE PERMITIERON REACCIONAR A LOS SEAHAWKS
Para la segunda mitad, tal vez en un exceso de confianza, los propios 49ers complicaron el trámite al intentar salir de su propia yarda 10 por la vía aérea. Purdy buscó conectar con McCaffrey y en el pecado llevó la penitencia. El balón cayó en manos de Jordyn Brooks, quien lo devolvió a zona prometida con poco más de 11 minutos restantes del tercer cuarto.
uando la tensión apremiaba en el Lumen Field ante una posible reacción de Seattle, San Francisco comenzó a correr el ovoide y a consumir el tiempo restante. Purdy aún se dio el lujo de arriesgar con un pase milimétrico a Brandon Aiyuk que terminó en las diagonales. Un jaque mate en toda regla. Purdy limpió el error que cometió en la intercepción y terminó el encuentro con 209 yardas y un touchdown.
Tras la victoria, los 49ers se colocaron con una marca de 8-3 y se encaminan a ganar su división por segundo año consecutivo. Seattle aún sueña con un lugar en los comodines, aunque las derrotas en fila no ayudan en lo absoluto.