Laura Martínez-Belli presenta “La mesa herida”, una ficción basada en hechos reales
El paradero de la pintura de Frida Kahlo La mesa herida es uno de los grandes misterios en la historia del arte del siglo XX desde 1955, año en que fue exhibida por última vez, durante una exposición en Polonia de su esposo, el pintor Diego Rivera.
Con este suceso como motivo, la española Laura Martínez-Belli escribió un thriller histórico que lleva el mismo nombre de la obra de Kahlo. En ella entrecruza los últimos años de Kahlo, luego de haber realizado dicha pintura tras descubrir las infidelidades del gran muralista; y la historia de Olga Simonova, una burócrata rusa, que, en 1947, aún con la bandera de la Unión Soviética hondeando en el horizonte, descubre una conspiración que involucra la destrucción de la obra de la pintora.
“Esta es una novela sobre heridas, sobre cómo dos mujeres separadas por el tiempo y el espacio, que nunca se conocieron, pueden unirse de forma invisible a través del arte, que también es un bálsamo para aliviar el dolor”, explica Martínez-Belli, entrevista con El Sol de México en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara 2023.
“El arte fue lo que salvó a Frida, lo que le permitió trascender en la historia, y en su día a día a sobrevivir. Yo creo que una vida sin arte es una vida vacía, todos de alguna manera tenemos que buscar ese nicho creativo para sobrevivir al horror, al dolor y a la alegría incluso. Por eso, es muy grave la falta de creatividad en la que estamos sumidos ahora, porque si nos conformamos a un mundo sin arte estaremos en un páramo. El arte siempre ha sido una válvula de escape y un medio de denuncia”, agrega la autora.
Pintar con palabras
Martínez-Belli asegura que esta publicación no se trata tan sólo de una obra sobre la vida de la pintora más importante en la historia de México, sino de un texto que le permitió hablar de varios de los intereses que tiene como escritora sobre nuestro país, en el que ha encontrado una significativa “alegría por vivir, pero también un gran dolor, corrupción y atropellos, los cuales también refleja en la autora de La columna rota, por lo que cree “que Frida nos toca de un modo u otro y está en nosotros un poquito, y es lo que hace que genere mucha fascinación entre la gente”.
La autora explica que utilizó los elementos que se encuentran en La mesa herida para no sólo describir el cuadro, sino también abordar una amplia diversidad de temas, como la maternidad frustrada, el amor a México y el teatro del mundo. Se trata de una interpretación del cuadro que ella realizó a partir de sus conocimientos en historia del arte, la interpretación simbólica, así como su saber de la biografía de Kahlo.
“Al final es un cuadro, como la mayoría de su obra, que tiene un significado muy individualista, pero luego el espectador es el que tiene que reinterpretarlo. El arte es así, yo siempre lo he creído, es un binomio, en donde sin espectador o sin lector no termina de completarse. Tiene que haber alguien quien vea la obra, la comprenda, se la apropie y conteste el diálogo”, puntualiza.
El mundo del arte y la corrupción
Martínez-Belli comenta que otra de las razones por las que escribió esta novela se debió a una experiencia que tuvo trabajando para una aseguradora de obras arte, con piezas propiedad de políticos y empresarios. Esta vivencia le abrió los ojos ante un mundo lleno de “secretismo”, en el que tanto obras legales como robadas, además de piezas arqueológicas, generan ganancias económicas importantes, así como conexiones corruptas, todo envuelto por un sentido de egoísmo y búsqueda de prestigio.
“Una cosa es la creación artística y otra el mundo del arte. En el segundo, por supuesto que hay corrupción, como en todos lados y más en el caso del tráfico y robo de obras, pues, si alguien quiere hacerse de un cuadro por ese medio, tiene que corromperse y corromper a toda una serie de instituciones, porque robarse una obra artística no es nada fácil. Ese es el mundo en el que se desarrolla esta novela, pero lo más importante es preguntarse quien habría estado interesado en robar un Frida Kahlo, cuando ella no era aún nadie”, finaliza.