El 31 de agosto de 1997 la muerte repentina de la princesa Diana conmocionó al mundo. Pero a día de hoy, 26 años después, aún circulan teorías que pretenden poner en entredicho lo que sabemos sobre el trágico accidente.
La muerte de Diana de Gales sorprendió al mundo entero la mañana del 31 de agosto de 1997. La exmujer del entonces príncipe Carlos no pudo reponerse a la gravedad de sus lesiones mientras yacía en una cama del hospital Pitié-Salpêtrière, donde falleció a las 4:25 de la madrugada tras un accidente de tráfico. A las 00:20, Diana y su amante, el multimillonario egipcio Dodi Al-Fayed, se subieron a un Mercedes 280S conducido por el chófer Henri Paul para llegar a su piso en el VIII distrito de París y escapar de los paparazzi. Mientras el vehículo atravesaba el túnel del Alma, fue perseguido por varios motoristas. El conductor aceleró para escapar y el coche se estrelló contra el decimotercer pilar del túnel a una velocidad de más de 150 kilómetros por hora. Dodi Al-Fayed y el conductor fallecieron en el acto. Trevor Rees-Jones, el guardaespaldas, sobrevivió al impacto. Diana también, al menos durante unos instantes. Preguntó «Dios mío, ¿qué ha pasado?» a los bomberos. Fueron sus últimas palabras. De camino al hospital, una hemorragia interna le provocó varios paros cardíacos. Se llevaron a cabo numerosas investigaciones, en ocasiones contradictorias entre sí, en particular sobre la velocidad y la participación o no de otro vehículo (un Fiat Uno blanco) en el accidente, pero las muestras de sangre revelaron que Paul conducía bajo los efectos del alcohol. Los detalles (en algunos casos no del todo claros) en torno a la muerte de Diana han alimentado una y otra vez varias teorías conspirativas que persisten hasta la actualidad.
La teoría de Mohamed Al-Fayed, padre de Dodi Al-Fayed
Esta es la teoría más popular sobre la muerte de Diana Spencer. Mohamed Al-Fayed, empresario egipcio recientemente fallecido que en su día fue propietario del hotel Ritz de París y de los grandes almacenes londinenses Harrods, nunca se creyó las conclusiones de las investigaciones de las autoridades francesas y británicas. Él estaba convencido de que el accidente de tráfico del 31 de agosto de 1997 se produjo por orden Felipe de Edimburgo, el marido de Isabel II, al MI6, el servicio de inteligencia británico. Según el padre de Dodi Al-Fayed, la familia real no aceptaba que los príncipes Guillermo y Harry pudiesen tener un suegro musulmán, precisamente cuando Dodi y Diana se disponían a hacer oficial su relación el 1 de septiembre de 1997. Como respuesta a sus acusaciones, en Londres se puso en marcha la Operación Paget años después con el objetivo de desmentir las acusaciones de la familia Al-Fayed.
La que apoya un exagente del MI6
Richard Tomlinson, antiguo espía del MI6 y autor de una autobiografía (a pesar de la prohibición impuesta por el Servicio de Inteligencia Secreto), explica en ella que Henri Paul tenía vínculos con los servicios de inteligencia. Según él, el chófer recibió la visita de un agente secreto para cobrar por su misión. Tras el accidente se encontró un fajo de billetes en el bolsillo del conductor. Tomlinson también afirma que su departamento se encargó de poner micrófonos ocultos a la pareja, lo que explicaría cómo era posible que el MI6 supiese dónde estaban Diana y Dodi.
El cómplice en un Fiat Uno blanco
Se encontraron restos de pintura blanca en la carrocería negra del Mercedes 280S, lo que apuntaba a una posible colisión con un vehículo blanco. También se hallaron huellas de frenada en la carretera. Tras la investigación pertinente, los investigadores determinaron que la pintura blanca procedía de un Fiat Uno fabricado entre 1983 y 1987. Los conductores presentes la noche del accidente confirmaron haber visto dicho vehículo con un hombre al volante y un perro en la parte trasera. Richard Tomlinson en su día reveló la existencia de la UKN, una rama del MI6 que daba empleo a periodistas y papparazzi. El equipo de investigación contratado por Mohamed Al-Fayed culpó al periodista francés James Andanson, propietario de un Fiat Uno blanco, de haber empujado el Mercedes en el que circulaba la princesa, provocando el accidente. Pero la Operación Paget demostró que Andanson no estuvo presente en el lugar de los hechos aquella noche. En el año 2000, el periodista fue hallado muerto dentro de un vehículo BMW completamente calcinado en Nant, Aveyron. A pesar de que la policía concluyó que se trataba de un suicidio, el padre Al-Fayed sostenía que el MI6 se deshizo de él por haber sido testigo.
La que conecta la muerte con un atentado
En 2006, Francis Gillery publicó Lady Died, un libro en el que exponía su teoría sobre la muerte de Diana de Gales. Según el periodista francés, la princesa fue una víctima colateral de un atentado contra Dodi Al-Fayed, que falleció diez minutos después del accidente. En el libro, sostenía Dodi había viajado a París el 30 de agosto de 1997 no para ponerle el broche de oro a sus idílicas vacaciones con su amada, sino para llevar a cabo negociaciones comerciales para su padre de lo más turbias. Y al hacerlo había caído en una trampa: subirse a un coche trucado con el propósito de acabar con la acaudalada familia Al-Fayed.
Diana Spencer no ha muerto
Según algunos admiradores de la princesa, el accidente en el túnel del Alma no fue más que un montaje, ya que el objetivo de Diana era el de llevar una vida tranquila lejos de los focos. Y no solo eso, sino que sostienen que sus hijos lo saben todo. Los argumentos esgrimidos para defender esta teoría conspiratoria son que Henri Paul no era el chófer habitual de Diana Spencer y que su guardaespaldas, Trevor Rees-Jones, único superviviente del accidente, sigue protegiéndola en su nueva vida anónima. No obstante, la teoría de la muerte fingida es de lo más recurrente en el caso de celebridades fallecidas de manera repentina mientras gozaban de gran fama mundial. También se han sostenido este tipo de teorías con la muerte de Elvis Presley, la de Marilyn Monroe y la de Michael Jackson.
