La reina Sofía, sin mascarilla, ha escogido un vestido beige con estampado de pequeñas flores negras y lunares blancos. Para protegerse del frío ha añadido un abrigo primaveral con un original cinturón a modo de cordón del mismo tejido, detalle que tiene la prenda también en las mangas. Doña Sofía se ha adornado con un collar de perlas de dos vueltas a juego con los pendientes de oro con una perla en forma de lágrima, y muchas de sus pulseras y anillos favoritos. Ha completado el estilismo con un bolso de mano en tonos marrón y beige y salones cobre con la punta negra.
Desde finales de marzo, cuando estuvo en Nueva York, doña Sofía no participaba en un acto oficial de la Casa Real, ocupada en su propia fundación y volcada en distintas causas benéficas. La última aparición pública de doña Sofía fue el pasado 11 de abril cuando asistió a un concierto solidario promovido por Proyecto Hombre en el catedral de Palma acompañada por su hermana, la princesa Irene. En la isla balear ha pasado la reina emérita las vacaciones de Semana Santa. Ha disfrutado de las procesiones y de una visita muy especial del rey don Felipe que se ha escapado en viaje privado unos días a Mallorca para ver a su madre. Mientras, en Abu Dabi, sus hijas, la infanta Cristina y Elena, visitaban al rey emérito acompañadas de sus hijos, Victoria Federica, Pablo, Juan, Miguel e Irene.