Su nombre ha aparecido en una presunta estafa, mientras en Palacio inquieta el destacado papel que tuvo en el memorial del duque de Edimburgo
El príncipe Andrés vuelve de nuevo a estar en el ojo del huracán. Más de dos años después de que abandonara la vida pública por sus conexiones con el Caso Epstein y de que el pasado febrero firmara un millonario acuerdo con Virginia Guiuffre, la mujer que le demandó por abusos cuando era menor, con el que evitará ir a juicio, su nombre ha vuelto estar salpicado por la polémica. Y lo hace en un momento en el que ha adquirido un inesperado protagonismo después de que la semana pasara acompañara a su madre, Isabel II, del brazo, en el servicio de acción de gracias por la vida del duque de Edimburgo. Un papel de gran relevancia, en el que el duque de York participó de forma activa y pública, para disgusto del resto de la Familia Real británica que consideran que su presencia resulta incómoda y supone un problema en un año especialmente importante para la monarquía ya que se celebran los 70 años de Isabel II en el trono.
Hace unos días, el diario The Telegraph informó que el príncipe Andrés y su exmujer, Sarah Ferguson, habrían recibido “importantes pagos ” por parte de Selman Turk, un exbanquero turco, investigado por estafar presuntamente a Nevahat Isbilen, una millonaria turca de 77 años, que le confió su fortuna de 47 millones de euros. El exbanquero habría mediado para que Isbilen pudiera conseguir un pasaporte nuevo que le permitiera huir de su país, ya que su marido es preso político en Turquía. Para conseguir la documentación Turk le dijo que era necesario pagar más de 800.000 euros al príncipe Andrés ya que él sería el encargado de hacer las gestiones.
De momento, el duque de York no ha sido acusado, mientras la justicia trata de esclarecer si está implicado en este compleja estafa. Meses después de que se efectuara el pago, el príncipe Andrés devolvió la suma de dinero, según señala The Guardian, después de que los abogados de la millonaria turca se pusieran en contacto con él. Sin embargo, Turk recibió un premio de Pitch@Palace, la plataforma empresarial del príncipe Andrés, días después de que se produjera el controvertido pago al duque de York.
Mientras se esclarece este nuevo frente abierto del príncipe Andrés, los Windsor estarían más que preocupados por su última aparición pública. Se esperaba que acudiera al memorial de su padre, el duque de Edimburgo, pero lo que nadie se imaginaba es que tuviera un papel tan llamativo, acompañando a su madre, la Reina, que tiene en la actualidad algunos problemas de movilidad. Su presencia estaba justificada porque a pesar de ser una ceremonia solemne, con representantes de un buen número de Casas Reales, también se trataba de un acto familiar.
Parece que fue la monarca británica, según ha deslizado The Times, la que decició que fuera su tercer hijo el que la acompañara hasta su lugar en la Abadía de Westminster, en contra de los deseos del príncipe Calos y del príncipe Guillermo, que quieren que el duque de York no aparezca de manera oficial junto a la Familia Real. Aunque no se podrá demostrar su culpabilidad, al no haber juicio, en los hechos de los que le acusa Giuffre de la época en la que ella se encontraba atrapada en la red de Epstein, el núcleo duro de la Casa Real considera que el príncipe Andrés no ha sabido elegir bien sus amistades ni rodearse de las personas apropiadas.
Tras el sorprendente y destacado papel que tuvo el padre de las princesas Beatriz y Eugenia en el homenaje al duque de Edimburgo, queda por ver si participará de forma tan pública en el resto de actos que quedan pendientes para primeros de junio con motivo del Jubileo de Platino de Isabel II. Antes del tributo al marido de la soberana, se daba por hecho que Andrés de Inglaterra no aparecería ya en ningún acto relacionado con estas festividades, pero tras acompañar a su madre en ese acto tan solemne es posible que se le vea en el servicio religioso que tendrá lugar en la Catedral de San Pablo para conmemorar las siete décadas de la reina Isabel en el trono o que incluso que salga a saludar desde el balcón de Buckingham con motivo del desfile Troopong the Colour. Ahí se verá si el heredero y el segundo en la línea de sucesión al trono han logrado hacer ver a la Reina lo inoportuna que resulta la figura del duque de York o si por el contrario Isabel II ejerce más de madre que de monarca y sigue mostrándole su apoyo en público.