El borrado masivo de desaparecidos

Ricardo Raphael

Nos prometieron que ya no iba a ser necesario enviar restos humanos a Innsbruck para su identificación. Entre otras cosas, el caso Ayotzinapa exhibió la incapacidad del Estado mexicano para analizar muestras humanas con la prontitud y precisión necesarias.

Cada vez que apareció un hueso calcinado hubo que embalarlo, mandarlo hasta esa ciudad austríaca y esperar semanas para que los resultados regresaran a México.

Cuando Alejandro Encinas llegó a la Subsecretaría de Derechos Humanos de Gobernación se comprometió a resolver este déficit. Emprendió para ello dos proyectos distintos:

La creación de un área dedicada al análisis de muestras humanas complejas, como las relacionadas con la búsqueda de los normalistas. Y el establecimiento de un laboratorio abocado a la identificación masiva de restos, algo que era urgente debido a la cantidad ingente de personas desaparecidas que hay en el país.

El área para las muestras complejas se estableció en el Instituto Nacional de Medicina Genómica (Inmegen), cuando el doctor Luis Herrera Montalvo era su director.

De su lado, el laboratorio con enfoque masivo fue alojado en el Centro Nacional de Identificación Humana (CNIH) con sede en Xochitepec, Morelos. En ambos casos se reclutó y capacitó personal para homologar aptitudes con los mejores sitios del mundo.

En el caso concreto del CNIH se contrataron 60 especialistas, 80 por ciento mujeres, provenientes de distintas carreras: criminalistas, genetistas, trabajadoras sociales, antropólogas, arqueólogas y un largo etcétera.

Respecto del personal adscrito al Inmegen —responsable de fundar el Innsbruck mexicano— varios de sus mejores recursos humanos salieron a formarse al extranjero.

Pues todo este esfuerzo ha sido arrojado al cubo de la basura durante los últimos meses. En 2023 fue nombrado el doctor Jorge Meléndez como nuevo director del Inmegen y él se encargó de desmantelar el área bajo su mando. Ayer fue también despedido 66 por ciento del personal del CNIH y con esta decisión, el laboratorio de análisis masivo se convertirá en un cascarón vacío.

Zoom: como los cangrejos, en el lastimoso tema de la desaparición de personas, el gobierno mexicano decidió desandar los varios pasos que había avanzado. Pensarán que, si los restos no pueden identificarse, terminarán borrando a las personas y a sus familiares definitivamente.

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