De manera similar a millones de ciudadanos, la mayoría de los legisladores ha expresado su agradecimiento. Durante la sesión de este domingo, exhibieron carteles y llevaron peluches que hacían referencia al Presidente.
Foto: Cuartoscuro
Ciudad de México. Este martes marca el fin de una era en México. Después de una transición sin precedentes, caracterizada por la ausencia de las tradicionales rupturas, el presidente Andrés Manuel López Obrador y su sucesora, Claudia Sheinbaum Pardo, han transitado este último tramo del sexenio sin conflictos. Este periodo ha estado definido por un giro frente a las políticas neoliberales de las últimas décadas, con la promesa de continuidad en un proyecto que ha logrado reducir la pobreza, sacando a 8.9 millones de personas de esa situación. Este es quizás uno de los mayores logros de esta administración.
El sexenio de López Obrador, a pesar de la controversia en torno a varias de sus decisiones, ha estado marcado por un liderazgo firme, reflejado en niveles de popularidad que, incluso al cierre de su mandato, superan el 70%. Este respaldo popular le permitió impulsar una de las reformas más ambiciosas de su administración: una transformación estructural del Poder Judicial, sector que considera el epicentro de la corrupción en la justicia.
Sheinbaum heredará una economía estable con 226 mil millones de dólares en reservas internacionales, las más altas en la historia del país. El peso mexicano ha mantenido su solidez, y por primera vez en décadas, el país ha evitado una depreciación de su moneda. También, el sector exportador y la inversión extranjera han mostrado un crecimiento sostenido.
En un hecho inusual, Sheinbaum acompañó al presidente en giras de trabajo y entrega de obras, lo que asegura la continuidad del proyecto. Este acercamiento contrasta con las rupturas que se veían en el pasado.
Entre los legados más importantes de López Obrador está su política social, que comenzó en diciembre de 2018. El programa de pensiones para adultos mayores ha sido uno de sus pilares, con un presupuesto de un billón 440 mil millones de pesos entre 2019 y 2024. A pesar de los avances en la reducción de la pobreza, la pobreza extrema aumentó ligeramente, pasando de 8.7 a 9.1 millones de personas entre 2018 y 2022.
Por otro lado, la inseguridad sigue siendo un reto para Sheinbaum, ya que, aunque algunos delitos como secuestros y feminicidios han disminuido significativamente, los homicidios, aunque en descenso, siguen siendo un problema latente. Este sexenio vio una disminución del 18% en los asesinatos, pero la cifra sigue siendo alta en comparación con administraciones anteriores.
Finalmente, la creación de la Guardia Nacional con más de 120 mil elementos y 400 cuarteles ha sido una estrategia clave en el combate a la delincuencia, y representará una ventaja para el próximo gobierno. Otro desafío que Sheinbaum enfrentará será la restructuración del sector salud, que vio obstáculos, especialmente durante la pandemia de COVID-19, y la implementación del programa IMSS-Bienestar para mejorar la atención a la población sin seguridad social.
Los grandes proyectos de infraestructura, como el Tren Maya y la refinería de Dos Bocas, son otros legados importantes que se consolidarán en los próximos años bajo la nueva administración.