Cuando se anunció la salida de “Now And Then”, la última canción de The Beatles, surgió el interrogante de con qué lanzamiento vendría acompañado, más allá de las múltiples ediciones en vinilo (las de 7 pulgadas en tres colores distintos y la de 12 pulgadas), en CD y casette del single, cuyo otro lado A -porque se trata de un sencillo de doble cara A como lo fue “Strawberry Fields Forever/Penny Lane”-, es una nueva mezcla en estéreo de “Love Me Do”, su primera grabación. 7
La lógica indicaba que la grabación debía incorporarse al tercer volumen de Anthology, tal era su destino original, pero las reediciones de los discos del grupo, a excepción de Revolver y Let It Be (este último por culpa de la pandemia), siempre coincidieron con un aniversario redondo. Este año se cumplieron 50 años de 1962–1966 y 1967–1970, más conocidos como los álbumes “Rojo” y “Azul” respectivamente, los dos compilados que durante décadas han representado la mejor introducción a la obra de los Fab Four y que hoy vuelven a reeditarse en versiones remezcladas y expandidas para convertirse en la retrospectiva más acabada de la banda más importante de la historia.
Para 1973, The Beatles llevaban tres años separados y concentrados en sus carreras solistas, tratando en realidad de dejar atrás el peso de haber sido parte del grupo que cambió para siempre la música pop. Por el contrario, Allen Klein, su manager, pensaba en cómo seguir explotando un catálogo que valía (vale) oro. Su primer acierto fue reactivar el proyecto de la película Get Back, que devino en Let It Be y permitió rescatar grandes canciones que de otra forma hubieran quedado en el olvido. Esas cintas eran las únicas que tenían suficiente material inédito como para lanzar un álbum que esté a la altura de lo que se esperaba del grupo. De hecho, con el tiempo, los tres volúmenes de Anthology demostraron que lo que había quedado encajonado había sido descartado por buenas razones, aunque los fans hayan celebrado la salida de ese material.
El público, sin embargo, estaba ávido por seguir comprando discos de la banda de Liverpool y la salida de un compilado pirata en los Estados Unidos lo estaba demostrando. Alpha Omega Volumes I & II: The Story Of The Beatles constaba de cuatro LPs con una selección un tanto aleatoria y desordenada de su discografía más algunas pistas en solitario de Paul McCartney, John Lennon y George Harrison. La primera respuesta de Klein no fue judicial, que vendría después, sino musical: lanzó al mercado “la única colección autorizada de The Beatles”, como bien anunciaba la publicidad de la época.
El detalle, claro está, es que en verdad ninguno de los cuatro, ni siquiera Ringo Starr, tuvo algo que ver con estos dos álbumes. Klein era un viejo tiburón de la industria discográfica. Era especialista en negociar contratos lucrativos para los artistas que manejaba, pero también era hábil para lograr que sus gestiones terminaran en última instancia beneficiando su propio negocio, ABKCO Records. The Rolling Stones fueron probablemente quienes más sufrieron las garras del empresario. En su momento fue quien les consiguió mejores condiciones frente a Decca, pero luego les arrebató el control de todo su catálogo hasta 1971. The Beatles conocían la primera parte de la historia, pero no el final. Mick Jagger ya desconfiaba de Klein cuando ellos se acercaron e intentó advertir a McCartney, pero cuando éste le pidió que se lo comentara a los demás, el cantante no solo se arrepintió, sino que prácticamente los convenció de contratarlo: “Es el adecuado, si les gusta ese tipo de cosas”, les dijo.
Más allá de sus cuestionables técnicas como hombre de negocios, Allen Klein tenía muy buen ojo para ensamblar recopilaciones. Él y su principal colaborador, el productor Allan Steckler, fueron los responsables de Hot Rocks 1964-1971, una selección con lo mejor de los primeros años de The Rolling Stones que aún hoy es el álbum más vendido de su carrera. La clave estaba en la curaduría, que iba más allá de los éxitos y sumaba algunos lados B.
Para el Álbum Rojo, que recorre la etapa de la Beatlemania y culmina con la transición hacia los años más experimentales -que no casualmente coincide con el final de sus shows en vivo-, el criterio fue ir a lo seguro, que son los hits de Lennon y McCartney con los que conquistaron el mundo. Ordenados cronológicamente, se suceden sin dar respiro “Love Me Do”, “She Loves You”, “All My Loving”, “A Hard Day’s Night”, “Help!” y “Yesterday”, entre muchos otros.
El Álbum Azul, por su parte, constituye la mejor introducción a los años más sofisticados de la banda. Es posible que esté un tanto desbalanceado -hay mucho de Magical Mystery Tour y prácticamente nada del Álbum Blanco-, pero muestra casi todas las direcciones que tomó la banda en esa época, tal vez con excepción de la música hindú de Harrison. Del guitarrista, sin embargo, se incluyó una rareza, “Old Brown Shoe”, un lado B apenas conocido por los fans pero que para quienes llegaron a la obra de los Fab Four a través de este compilado fue una de las primeras composiciones suyas que escucharon.
Los dos LPs están tan bien pensados que hasta sus portadas hicieron historia. 1962-1966 tiene una toma alternativa de la clásica foto de Please Please Me del cuarteto mirando a cámara desde las escaleras de las oficinas de EMI tomada por Angus McBean. En 1969, la banda le encomendó la misma fotografía, pero seis años después la postal era muy diferente. Ya no eran los jovencitos que habían abandonado Liverpool para convertirse en estrellas de rock, sino cuatro músicos maduros que lo habían cambiado todo. La intención original era usarla para la tapa de Get Back -algo que fue descartado cuando derivó en Let It Be-, pero su inclusión en 1967-1970 le reservó un lugar más destacado en la historia, ya que fue el contrapunto perfecto para el otro volumen.
Los dos compilados salieron al mercado el 2 de abril de 1973 y fueron un éxito instantáneo. Poco importó que no hubiera nueva música. Para un público que aún no había asimilado la separación de The Beatles, el hecho de que aparecieran discos con una nueva reconfiguración de su música alcanzaba para volver a disfrutarlos. Ese mismo día, John, George y Ringo dieron una conferencia de prensa, pero para anunciar que habían echado a Allen Klein. Paul nunca lo aceptó y trató tras la muerte de Brian Epstein de designar en su lugar a su suegro, el abogado Lee Eastman, pero los demás se opusieron y eso fue uno de los motivos que llevó a su separación. Al final, los otros tres se dieron cuenta de los desmanejos del manager y decidieron despedirlo, pero su último acto, al menos, fue haber dejado estos míticos volúmenes que desde entonces han funcionado como la puerta de entrada a The Beatles para las generaciones venideras.
A medio siglo de su publicación, los álbumes Rojo y Azul vuelven a reeditarse con la misión de mantener vivo el legado de los Fab Four en un mundo en donde, en teoría, el rock parece no importarle a nadie y la música se escucha suelta y mezclada en playlists diseñadas por un algoritmo. Lo interesante es que las ediciones 2023 se han ampliado para cubrir los huecos que tenían las originales y así superar a cualquier lista de reproducción creada en una plataforma de streaming.
El nuevo 1962-1966incluye 12 pistas adicionales y corrige una gran deficiencia, que era la falta de temas de Revolver, un LP que con el paso del tiempo se volvió fundamental. Ahora, a los solitarios “Eleanor Rigby” y “Yellow Submarine” se le sumaron “Got To Get You Into My Life”, “Here, There And Everywhere”, “I’m Only Sleeping”, “Tomorrow Never Knows” (posiblemente la canción que redefinió el segundo período de la música The Beatles) y “Taxman” de George Harrison, de quien también se incluyó “If I Needed Someone”, en lo que fue un gran acto de justicia, ya que el primer volumen lo ignoraba completamente. También se sumaron “I Saw Her Standing There” -sorpresivamente pasado por alto en el original-, dos lados B (“This Boy” y “You Can’t Do That”) y algunos de los covers que más los caracterizaron en sus primeros años de éxito (“Twist And Shout”, “Roll Over Beethoven” y “You Really Got A Hold On Me”).
En el caso de 1967-1970, esta nueva edición lo expande de 28 a 37 tracks sumando más canciones del Álbum Blanco (“Dear Prudence”, “Glass Onion” y “Blackbird”, otra importante omisión del original), “Within You Without You” -la referencia a la música de la India que faltaba-, “I Me Mine”, “Oh! Darling”, “I Want You (She’s So Heavy)”, “Hey Bulldog” -que le da algo de presencia al soundtrack de Yellow Submarine– y la reciente “Now And Then”.
“Now And Then” fue uno de los demos que Yoko entregó a The Beatles en 1995 para el proyecto Anthology. Tendría que haber integrado el tercer volumen para completar la trilogía con “Free As a Bird” y “Real Love”. Sin embargo, la baja calidad de la cinta y la imposibilidad de separar la voz de John del piano para poder realizar la mezcla impidió continuar la grabación. Casi tres décadas más tarde, gracias a la revolucionaria tecnología basada en inteligencia artificial que desarrolló el equipo de sonido del director Peter Jackson para Get Back, fue posible aislar ambos elementos, sumar lo que había grabado George Harrison en su momento y que Paul y Ringo terminaran de darle forma a la canción en 2022, incluyendo un arreglo de cuerdas escrito por McCartney, Giles Martin y el compositor Ben Foster.
El mismo desarrollo hizo posible remezclar Revolver el año pasado, que había sido grabado en cuatro pistas, y abrió la puerta para poder hacer lo mismo con toda la discografía de The Beatles, incluso sus primeras grabaciones hechas en mono. De hecho, las ediciones 2023 de los álbumes Rojo y Azul incluye nuevas mezclas en estéreo y Dolby Atmos de todas las canciones que aún no habían pasado por las manos de Martin y el ingeniero Sam Okell. Así, en pocos años es probable que todo el catálogo del cuarteto esté disponible en alta calidad y con un sonido actual, como si esas canciones se hubieran grabado ahora.
Como señala el periodista Rob Sheffield, autor del ensayo Dreaming The Beatles, “los álbumes Rojo y Azul definieron toda la historia de The Beatles como la conocemos hoy”. La edición 2023 de estos compilados no alteran la narrativa, sino que la profundizan y, con la inclusión de “Now And Then”, adquieren un nuevo significado. Lo que no cambia, eso sí, es la necesidad de ir a escuchar el resto de los discos de los Fab Four de punta a punta. Es una pulsión inevitable.