Esta temporada, la moda se ha tomado al pie de la letra lo de «sacar un pecho al puro estilo Delacroix«. No tanto por el simbolismo del cuadro, sino por la literalidad del tema viral de Rigoberta Brandini. Los pechos se exhiben sin ningún pudor, como dejan claro las tendencias de primavera verano 2022. Y se hace a través de varias fórmulas: por un lado, apostando por sujetadores a la vista. No es un detalle sutil, sino un leitmotiv absoluto que marca la pauta de desfiles como los de Dolce & Gabbana o Balmain. Este año, la sastrería no se concibe sin esta prenda. Es la fórmula estilística imperativa en Fendi (traducido al satén), Lanvin, Etro o Missoni. Las faldas lápiz no necesitan tampoco mayor aderezo que un sujetador negro, mientras que le lencería regresa a primer plano. Es el caso de la corsetería de Alexander McQueen o Acne Studios, los camisones con pezoneras de Gucci o los sostenes de toda la vida que propone Antonio Marras con transparencias.
En este caso, la tendencia no es nueva: el sujetador se ha convertido en protagonista absoluto de los estilismos, desde que Givenchy propusiese para primavera de 2020 aquel sujetador satinado junto a una falda lápiz de cuero negro, que llevó Kaia Gerber en el desfile. Loewe o Dior fueron otras de las casas que hicieron hincapié en él, pero desde una perspectiva más naíf. Hoy, las licencias son mucho más sensuales, auspiciados por el auge de esa moda fetichista que regresó en 2021. Este otoño promete seguir dando que hablar otoño, con la imagen de la dominatrix al frente.