La marca francesa Chanel mostró su predilección por el tweed para vestir a la mujer, la materia de aires escoceses que la catapultó al éxito de la mano de Gabrielle Chanel hace décadas.
Desde los vestidos a los pantalones o los abrigos, esa tela de lana de aspecto áspero pero cálido vestirá de nuevo a la mujer Chanel en el próximo otoño e invierno, según la colección presentada en el Grand Palais parisino, en el último día de la Semana de la Moda.
“Consagrar la integralidad de esta colección al tweed es un homenaje, una evidencia”, declaró la directora artística de Chanel, Virginie Viard.
El tejido debe su nombre al río Tweed, en la frontera entre Escocia e Inglaterra. La ropa es elaborada con hilos gruesos de lana que le confieren un aspecto robusto y campestre.
Ha sido la identidad de Chanel desde los años 1950, cuando Gabrielle Chanel se lo apropió observando el estilo de la aristocracia inglesa.
En la pasarela se observaron las distintas declinaciones: un abrigo rosa pigmentado de azul y violeta. O un traje chaqueta de color burdeos con reflejos de oro, que recuerda los paisajes escondidos en la bruma de Escocia.
La ropa se complementa con medias gruesas, botas kinky hasta el muslo, de caucho negro y beige.
Los zapatos de punta afilada afinan aún más la figura de las modelos que salen luciendo vestidos cortos.
“No hay nada más sexy que llevar la ropa de la persona que amas” explicó Viard, en alusión a la forma en cómo Chanel retomó para la mujer el estilo del duque de Westminster.
Chanel tomó prestadas esas chaquetas cortas masculinas y las feminizó, mientras que las blusas siguen siendo anchas.